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¿El aire acondicionado puede propagar el coronavirus?

¿El aire acondicionado puede propagar el coronavirus?

27 de abril de 2020

Las temperaturas cálidas y la humedad son otros factores que pueden ayudar en la batalla frente al Covid-19. Aunque la OMS aún no ha concluido que el calor pueda ser un aliado, cada vez son más las investigaciones que apuntan a que el SARS-CoV-2 tendría una menor posibilidad de contagio con altas temperaturas. Así, un equipo de la Universidad de Yale demostró que el aire frío y seco ayuda a que los virus se propaguen entre las personas. Y que una vez que va aumentando la humedad en el aire, el riesgo de transmisión disminuye, tanto en sitios abiertos como cerrados.

Esta semana un equipo de investigadores chinos ha ido más allá al determinar que puede existir alguna relación entre el uso de aire acondicionado y la transmisión del virus, según un estudio publicado en «Emerging Infectious Diseases». Los científicos llegaron a esta conclusión tras analizar los casos de diez infectados con Covid-19 de tres familias diferentes (21 personas en total) que coincidieron para comer en el mismo restaurante, un local sin ventanas y con una máquina de climatización.

Según el estudio, las gotículas de un tamaño mayor a cinco micras que pueden transportar el virus permanecen en suspensión en el aire durante un corto periodo de tiempo y viajan distancias muy cortas, generalmente a menos de un metro. Sin embargo, las más pequeñas, de menos de cinco micras, exhaladas al hablar, «pueden permanecer suspendidas más tiempo y viajar distancias más largas, de más de un metro. Hemos concluido que en este brote la transmisión por gotículas fue favorecida por el aire acondicionado» siendo la dirección del flujo de aire un factor clave para la infección precisan los autores del estudio.

De hecho, semanas antes de este trabajo, Eurovent (Asociación del Medio Este Europeo de fabricantes de Calefacción, Ventilación, Aire Acondicionado y Refrigeración), publicó una serie de recomendaciones con el fin de minimizar los riesgos relacionados con la transmisión de virus en el aire a través de los sistemas de ventilación y aire acondicionado: aumentar las tasas de ventilación, incrementando el porcentaje de aire exterior en el sistema, y mantener la humedad relativa interior por encima del 30% cuando esto sea posible, son algunas de ellas. Desde la Asociación Técnica Española de Climatización y Refrigeración también recomendaron «indicar a los ocupantes del edificio que descarguen los inodoros con la tapa cerrada» o «reemplazar filtros de aire de acuerdo con el programa de mantenimiento».

Pero, ¿qué hacemos en los hogares? Los equipos de aire acondicionado resecan el ambiente, y precisamente «la humedad es lo que hace caer antes las microgota de cinco micras suspendida en el aire al suelo y reduce la expansión. Lo mejor para el virus y lo peor para la transmisión es el aire frío seco. En las casas siempre, con Covid-19 o no, hay que tener un nivel de humedad por encima de un 35%, pero para eso se necesita pulverizar el ambiente. En invierno, a más calefacción, peor. Si la enciende recomiendo poner un tupper con agua encima de los radiadores, ya que el que se evapora se va a la atmósfera. En verano, estoy convencido de que las ondas de los rayos ultraviolenta van a hacer desaparecer el virus, por lo que no pensaría tanto en qué puede suceder con los aires acondicionados. En cualquier caso, lo mejor es tener plantas con agua en las estancias porque este se evapora. Y usar mecanismos de pulverización de agua», explica el médico Antonio Burgueño.

Mejor secarse con papel que con secadores de aire a chorro

El uso de toallitas de papel es más efectivo que los secadores de aire a chorro para eliminar los microbios que quedan en las manos si no nos las hemos lavado debidamente. Ésta es la conclusión de un estudio que se ha presentado en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (Eccmid). Los investigadores comprobaron que utilizar papel es mejor que un secador de aire porque elimina diez veces más la contaminación microbiana residual que acaba en diferentes superficies.

Fuente: La Razón